Barefoot – Daniel Lieberman
(Texto basado en el enlace de youtube arriba mostrado donde Daniel Lieberman explica su estudio acerca del correr descalzo)
Los humanos han estado corriendo al menos 2 millones de años y muchos de esos años, han corrido «barefoot». Es en la década de los 70s cuando aparece la moda de las zapatillas que tenemos actualmente. Por lo que hoy en día decimos erróneamente que solo necesitamos un par de zapatos para correr, cuando realmente lo que necesitamos son nuestros pies.
Según Daniel Lieberman, tenemos dos etapas en la evolución de nuestros pies:
- Andar
- Escalar árboles
Pero en algún punto de nuestra evolución (se estima hace 2 millones de años), hubo un gran cambio climático en África, que hizo que desaparecieran bosques y creciera la Sabana. En ese punto, nuevos alimentos empezaron a aparecer, y uno de ellos, fue la carne. Aquellos mamíferos en la pradera, hizo que el hombre, pare llegar a ser cazador tuviera que empezar a evolucionar corriendo. Consiguiendo velocidades que hacían que los animales tuvieran que galopar, y si esto lo haces con calor durante un período largo de tiempo, hace que el animal se sobre caliente, ya que los cuadrúpedos no son capaces de jadear y galopar al mismo tiempo. (Por lo que imagina que estás persiguiendo a una Gazela o animal grande y consigues que ese animal galope por 10-15 minutos, tienes tu cena).
Querían imaginar cuanto eran capaz de correr los humanos sin zapatos, hasta que se inventaron éstos, porque las personas han estado corriendo durante millones de años, y no estaban muy seguros de poder imaginar cuando empezaron a correr y como de bien podían llegar a hacerlo. Así que empezaron a traer a corredores minimalistas al laboratorio y comenzaron a ver como usaban su cuerpo y como usaban sus pies. Lo que descubrieron fue que los corredores minimalistas corrían diferente a como lo suelen hacer corredores calzados. Los zapatos están diseñados para que el pie esté cómodo al contacto con el suelo de «talón«. Lo que hace que la mayoría de corredores con calzado entren de talón primero y luego el resto del pie.
El contacto con el suelo con el talón, provoca un impacto que produce una fuerza rápida. Es como si alguien te golpeara con un martillo en tu talón dos o tres veces tu volumen. Así que cuando empezaron a traer corredores minimalistas al laboratorio, vieron que no caían de talón, sino que lo hacían con la parte delantera del pie, prácticamente horizontal. Aterrizando de metatarso (Entre el cuarto y quinto) y entonces dejando caer el talón abajo en última instancia. Entonces comprobaron que no tenían esos picos de impacto (Impact Transient) asociados a caer de talón.
Lo que el corredor minimalista tiende a hacer es aterrizar con la zona delantera del pie y por último el talón. Esto lo que hace es convertir la energía que, de otro modo sería un punto muerto, en una des-aceleración vertical de la pierna, la convierte en una energía rotacional. Para entenderlo con un ejemplo, imagina que dejas caer un bolígrafo de manera vertical. Esto sería lo equivalente a caer de talón. La pierna entera golpea el suelo generando un punto muerto que produce un fuerte impacto. En cambio, si dejamos caer el bolígrafo con un ángulo oblicuo, hace que al tocar el suelo no se produzca ese punto muerto, lo cual hace que haya una rotación, por lo que la energía cinética del bolígrafo, realmente absorbida por el impacto, parte de ella, se transfiere del movimiento hacia abajo a la rotación, por lo que las fuerzas del impacto son más pequeñas.
Daniel Lieberman y su equipo llegan a la conclusión que las personas que caen de talón se lesionan de forma repetitiva, y el dolor en el tejido blando en la parte inferior del pie está asociado a calambres en las piernas que podrían causar otras lesiones. Por lo que su hipótesis es, que aquellos corredores que caen con la parte delantera del pie, son menos susceptibles de tener este tipo de lesiones por estrés repetitivo.