Una Maratón diferente entre viñedos
Sherry Maraton tiene un atractivo especial, ya que une ᎠᎬᏢϴᎡͲᎬ, ᏙᏆΝϴ, Ꮍ ᏀᎪՏͲᎡϴΝϴᎷᏆ́Ꭺ. Una carrera, de 42’195km que recorre un mar de viñas que hacen de Jerez, la ciudad del vino. Es ese terreno, junto a la lluvia que cayó a primera hora de la mañana y sus casi 800+ m de desnivel, lo que convierte una carrera (a simple vista llana y corrible) en una prueba «rompe piernas» que se hace notar en las «patas» según se van acumulando km. Una organización excelente, que ha hecho posible que se celebre esta prueba, en tiempos difíciles por la actual pandemia.
Pre-Carrera
Cuando decides inscribirte en una carrera junto a un grupo de amigos, sabes de antemano que nada puede salir mal. Solo queda disfrutar del día junto a ellos, haciendo lo que tanto nos gusta. Así que desde bien temprano, nueve valientes «Gnomos» salimos dirección Jerez, con todo muy estudiado. Donde vamos a desayunar, en que lugar aparcar, y con la neverita cargada hasta los topes de nuestros recuperadores post carrera. Estos ratos son insuperables y esenciales para amar aún si cabe este deporte.

Mi carrera
Pues otra prueba más junto a mis inseparables Sandalias Tribu. En este caso, las hice con Urban (newflex), con las que recorrí 42km de caminos, cruzando un manto de viñas, con un subir y bajar toboganes que apenas daba lugar a recuperar del esfuerzo de las subidas. En ningún momento, antes de la carrera, pensé que el terreno iba a ser tan duro.

Las Urban se han comportado muy por encima de lo esperado. Ya que el terreno en cuestión, unido a la lluvia que caía durante el transcurso de la prueba hacía que el terminar la prueba con sandalias fuera tarea difícil. Las Urban están diseñadas para correr en asfalto, y si estás avanzado en esto del minimalismo, también se podría usar por caminos que no tengan mucha piedra. Su suela de 6mm de grosor y el poco dibujo de la misma, dificultan el correr por zonas técnicas. En mi caso, estoy habituado a correr con ellas por caminos algo técnicos, pero no esperaba que el terreno que iba a encontrarme en el mar de viñas fuera el que me encontré. Si le añadimos que por algunas zonas se generaba barro y este quedaba pegado en las sandalias, pues dificultaba aún más el correr a los ritmos deseados. Aunque esto último (barro), perjudicó prácticamente a todos los corredores, aún yendo con zapatillas.
Mi idea antes de la carrera era de bajar la maratón de las 3hr15′, teniendo en cuenta que en teoría había un desnivel de 500 metros positivos. Una vez en carrera, me di cuenta que bajar de ese tiempo era tarea ardua y complicada, ya que como he apuntado anteriormente, no esperaba que fuera tan «rompe piernas». La carrera, como viene siendo habitual, cada vez que coincidimos, la hago junto a mi compañero y amigo «Medi» y por primera vez, junto al «Cuñado Jose». Mantenemos la grupeta prácticamente hasta el km 20 de carrera, donde Medi se descuelga un poco y nos quedamos Jose y yo, con la vista puesta en un grupo que teníamos delante de unos 10 corredores (ahí iba del 20 al 30 de la general). Pero como me suele pasar en todas las carreras, no veo una baliza que me indica que gire a la izquierda y seguimos recto, arrastrando detrás de nosotros a otros 7/8 corredores. Dándonos cuenta del error un km más tarde, con lo que había que volver de nuevo otro km hasta enlazar con el recorrido de la prueba. Este error nos penaliza a la hora de hacer buena clasificación, pero no nos quita la ilusión de intentar terminarla al ritmo que teníamos en la cabeza, aunque en el tiempo oficial de carrera no figurara esos dos km de más.

Vamos remontando posiciones de nuevo e intentamos mantener la motivación a pesar de haber metido la pata hasta el fondo con esos dos km de más. Vamos devorando km y mantenemos buen ritmo de carrera a pesar de lo cansadas que empiezan a estar las piernas. Yo hago mi primera parada en un avituallamiento en el km 35 para hidratarme con isotónico y agua. En ese momento es cuando me doy cuenta que en el avituallamiento, no solo cuentan con agua e isotónicos, sino que te ofrecen el vasito de vino y la tapita de jamón. Es obvio que los que luchan por la clasificación general, no paran a tomarse el vino, pero si que otros participantes, que vienen con el único fin de terminar la prueba, sin mirar tiempos, ni ritmos, aprovechan los avituallamientos para hidratarse y alimentarse de una manera peculiar. Son estos detalles, lo que hacen que sea una prueba diferente al resto.

Cuando el GPS nos marca el km 40, en realidad era el km 38 de carrera. Ahí es donde hay que apretar los dientes y darlo todo para no venirnos abajo en los últimos 4km de la prueba. Jose empieza a tener problemas musculares en el 39 y decide dejarse ir y yo intento, dentro del cansancio de piernas que llevaba encima, mantener el ritmo que había llevado hasta el momento. Ya dentro de Jerez pasamos por el interior de una bodega, que desprendía un olor a vino maravilloso.

El último km pica para arriba, y de que manera. Estoy vacío, ya prácticamente no me queda nada para tirar de piernas. Mi reloj marca 43 km y voy por el km 41 de la prueba. Hay que aguantar un km más para llegar a Meta, y ya solo queda disfrutar de esos últimos metros antes de parar el reloj con un tiempo de 3hr25‘ en los 42km de carrera (tiempo oficial de carrera) + los 2 km de regalo. Por lo que me sale una media de 4’38″/km que después de haberla corrido, y ver la dureza de la misma, me deja más que satisfecho.
Post Carrera
Una vez en meta, solo quedaba reponer fuerzas y esperar que fueran llegando los compañeros «Gnomos» que participaban en la prueba. Al poco tiempo llegó Jose, le siguió Medi, Gago, y así uno a uno hasta reunirnos todos de nuevo, esta vez, para darle un buen «achuchón» a la nevera y tomarnos nuestros «recuperadores» post carrera. Nos vamos contando nuestra propia aventura entre nosotros, nos felicitamos, nos reímos, y disfrutamos de lo que nos cuentan unos y otros. Si me tengo que quedar con algo de la carrera, es esta parte la que más me gusta.

Resumiendo…
Carrera dura, bastante dura, con 42 km de recorrido y casi 800m positivo de desnivel, que hacen mella en las piernas según van pasando los km. Una prueba muy recomendable por la buena organización, y lo peculiar de la misma. Ideal para todo tipo de corredores. Para los gallos que se disputan la misma y para el corredor popular que viene a terminar la prueba degustando el vino y chacina de la zona. Terraincognita.group ha demostrado tener experiencia en este tipo de eventos y ha conseguido sacar adelante una carrera, que junto a la Media Maratón y la Promo, ha congregado alrededor de 1500 participantes. Todo ello, cumpliendo escrupulosamente con las recomendaciones de los organismos de salud pública. Así que por mi parte, os felicito por hacer posible que apasionados de este deporte tengamos la oportunidad de colgarnos de nuevo un dorsal.¡¡ ENHORABUENA!!.

Enhorabuena por el post Juan,
Veo que con esas sandalias literalmente «se vuela». La grupeta espectacular y la organización inmejorable. Coincido totalmente en la buena organización y dureza de la prueba. Si es con este equipazo, seguro que vuelvo la próxima edición. Ahora a volver a los entrenos poco a poco.